Mi Historia

 

A los doce, me vino la menstruación y me convertí en señorita, como se decía en Argentina por aquel entonces. Cuando vi la mancha de sangre oscura en mi bombacha (así se le dicen a las bragas, en mi tierra) no me asusté, ¡al contrario!, me agarró un orgullo y alegría tan grande que iba por toda la casa, con una sonrisa de oreja a oreja. Fue tal la emoción por el acontecimiento, que ese mismo día, escribí una poesía. Se la leí a mi mamá y, luego, ¡se la leí a mi papá!, gesto atrevidísimo: nombrar la menstruación, un tema "de mujeres" a mi papá hace 40 años. Me acuerdo que me puse toda colorada. Qué momento, todo un hit en mi vida. Me sentía llena de orgullo, llena de amor a mi misma. Estaba feliz.

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Cuando me llegó la menopausia (algún día me pondré a pensar en esto de que la menstruación me vino, y la menopausia me llegó…) estaba aterrada, no quería eso, yo estaba bárbara a mis 48 tacos, me sentía bien, no quería el comienzo de empezar a ser vieja…Y llegaron los sofocos, el insomnio, la hiper-hiper sensibilidad que se me adhirió a la hiper sensibilidad que yo ya tenía. Un desorden descomunal. Todo patas arribas. No podía colocar nada. Ni lo de dentro ni lo de fuera…

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Todo cambio, y comenzó a ordenarse dentro de mí, cuando en una meditación me vino (ja!, esto me vino) hacer un libro de autoabrazos para mujeres en estos momentos. Y me puse a ello. Seguía asustadísima, me despertaba chorrando de sudor, no podía dormir…Pero, crear los dibujos, encontrar las palabras para mi libro me fueron dando lo que más necesitaba en esos momentos: calma, y la calma me trajo una manera diferente de estar conmigo “en las malas”. Y fui creando (a medida que creaba) un lugar diferente para escucharme. Y era maravillosamente agradable, era distinto al susto y a los calores…Aunque seguía sin dormir y desvistiéndome cada dos por tres me encontrara donde me encontrase.

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Y así fue que creando, empecé también a crear mi mujer madura. Y a creer mucho en mí en esta etapa de mi vida, y me fui desasutando poco a poco, mucho…Fue un viaje maravilloso, y aún lo es. Hoy estoy en otro momento: me encanta este momento y lo vivo a pleno gas, descubriendo mi ritmo lento, mi necesidad de interioridad…y me siento super a gusto, vamos: re-bien.

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Soy arteterapeuta y terapeuta Gestalt, profesora de Yoga y de Expresión Corporal.

Me encanta realizar talleres y cursos y dar terapia individual para mujeres en esta etapa. Es maravilloso verlas romper paradigmas de lo que es y no es una mujer de su edad, e ir construyendo, de forma casi artesanal, la  mujer del presente, con ganas e ilusión, aceptando la madurez, y encontrándose bellas con las arrugas y fuertes; bellas y seguras aceptando su vulnerabilidad y sus heridas. Es muy conmovedor este proceso.

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Además de mi enorme gusto de acompañara a mujeres en esta etapa de la vida (y en otras), me encanta hacer cerámica, escribir poesía cuando me da el punto, bailar con mis amigos los jueves, y cuidar mi huerto y mis plantas.